El mundo de los Colegios Mayores está rodeado de tradiciones más o menos antiguas, actuales o del pasado, con más o menos sentido, pero al fin y al cabo tradiciones.
Todas aquellas personas que hayáis podido disfrutar de algún año de vuestra vida universitaria en un Colegio Mayor sabéis perfectamente a lo que me estoy refiriendo: Imposición de Becas, cenas de navidad, acto de clausura, acciones solidarias, largas noches en las salas comunes, etc. Pero hoy os quiero hablar de una tradición que se está perdiendo, una tradición de las que más gracia hace recordar y que deberíamos luchar por conservar. Estoy hablando de las visitas tuneras a los Colegios Mayores.
Yo por suerte lo he podido vivir en dos ocasiones en mi vida, como colegiala y ya como excolegiala del Colegio Mayor Mater Salvatoris.
Recuerdo que en mi primer año como residente en Barcelona, las madres nos comentaron que la Tuna de económicas iba a venir al Colegio a cantarnos y yo me lo tomé en broma. Me sonaba a medieval: un grupo de chicos cantando ornamentados hasta las orejas mientras todas las chicas estábamos mirándoles desde el balcón. Sinceramente, recuerdo pocas ocasiones en las que me haya reído tanto como aquel día.
La situación fue surrealista a parte de divertidísima y así se ha repetido este año. Todas las chicas salimos al balcón a la espera de que los tuneros llegasen con sus instrumentos y se ganasen entrar al Colegio Mayor mediante canciones típicas de la Tuna.
Una vez dentro, cantamos con ellos, bailamos con ellos, nos reimos con ellos y disfrutamos de un aperitivo todos juntos.
Es tradición que los tuneros se presenten según su rango dentro de la Tuna y que cada uno cante una canción. Pero no os penséis que todas las canciones son «clavelito» o «canta y no llores» (que también las cantaron, sino ¿Dónde queda la tradición?). Los más novatos se atrevieron con canciones modernas como Stolen Dance de Milky Chance. También nos sorprendieron con exóticos bailes marcados a ritmo de pandereta y otros muchos detalles que tampoco queremos describir por si alguno tiene la oportunidad de presenciarlo con sus propios ojos. Además como en las hermandades americanas, para ser tunero tienes que pasar un periodo de ser novato donde demuestras tu valía y que te mereces ser tunero. Y este año uno de los novatos se presentó ¡con un disfraz de fregona!
Con esta entrada quiero también romper un poco los tópicos: Los tuneros son un grupo de chicos jóvenes, músicos y cantantes que se juntan para divertirse y que viven una vida universitaria normal, solo que sus ratos libres y en algunas noches señaladas va a visitar algún que otro colegio mayor para cantar a las chicas que en el habitan. No os penséis que son unos carcas, ni unos viejos. Realmente estos chicos están manteniendo viva una de las tradiciones más curiosas y bonitas de los Colegios Mayores. Sin ellos este bonito momento que las chicas del Mater vivimos no podría haber sido. Y creedme que cuando lo cuentas, es gracioso ver como responde la gente.
Lo mejor de todo fue la cara de las dos chicas que están en Barcelona de ERASMUS. Imaginaos la perplejidad en los ojos de dos chicas de Hungría al ver que un grupo de chichos vestidos de una forma de lo más peculiar se plantan en la puerta del colegio y se ponen a cantarnos. Indescriptible, simplemente se tiene que vivir para saber de que estoy hablando. Lástima que no todo el mundo tenga tanta suerte.